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La experiencia de Estonia: propuesta para una Nicaragua nueva, ágil y transparente»

La experiencia de Estonia: propuesta para una Nicaragua nueva, ágil  y transparente

Imagen tomada de Foter

Avil Ramírez Mayorga

@AvilRamirezM

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En 1990 Estonia era un país empobrecido, con infraestructura obsoleta, sistema legal y financiero deficiente, economía frágil, poca institucionalidad, elementos que suenan familiares a los nicaragüenses

Recientemente la Fundación Violeta Barrios de Chamorro publicó un estudio titulado “Situación del Acceso a la Información Pública en Nicaragua”; en él se hace un recuento del uso que las instituciones gubernamentales le dan a las tecnologías de la información y comunicación (TIC). El estudio analizó información de 65 instituciones del Gobierno Central; también las de otros tres poderes del Estado ─Electoral, Judicial y Legislativo─ y las 153 Alcaldías del país.

Entre sus hallazgos destaca que de las 65 instituciones, 57 poseen página web, es decir el 88 por ciento; 4 se limitan a cuentas de Facebook, y algunas instituciones sensibles no poseen ningún portal de información digital; entre ellas la Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Además, 109 alcaldías de las 153, es decir, el 71 por ciento se comunican a través de Facebook; solo 12 de ellas, que representan el 8 por ciento del total lo hacen a través de una página web; una (el 0.6 por ciento) lo hace por medio de un blog; y 31 alcaldías, es decir el 20 por ciento no tienen ningún medio de comunicación digital.

A más de uno este hallazgo no le sorprenderá. Considerando experiencias previas tratando de buscar información en las webs de estas instituciones; donde lo normal es toparse con páginas descuidadas y peligrosas o bien con información desfasada y errónea, una experiencia nada amigable.

Estonia un ejemplo a seguir

Para poner un ejemplo contemporáneo del uso de las TIC, a propósito de la Covid-19; muchos países de la región, entre ellos Chile, Costa Rica, El Salvador o Colombia, tienen plataformas digitales con información exclusiva de la pandemia. Pero en Nicaragua no pasamos de algunos documentos sueltos en la página web del Ministerio de Salud.

Mientras en Nicaragua enfrentamos la falta de acceso a la información y servicios públicos desde las plataformas digitales; en otros países encontramos ejemplos dignos de imitar. Uno de ellos es la experiencia de Estonia, país considerado como la sociedad digital más avanzada del mundo. Este país báltico, tiene un poco más de un millón de habitantes; y hasta antes de su separación en 1990, formó parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

La nueva vida republicana encontró un país empobrecido. Con infraestructura obsoleta, sistema legal y financiero deficiente, economía frágil, poca institucionalidad y otros elementos que deben sonar familiares a los nicaragüenses. Teniendo en cuenta que tuvieron que empezar desde cero; los estonios se enfrentaron a una encrucijada respecto al modelo de país que querían construir y desarrollar.

Pero los estonios decidieron reinventarse mediante una apuesta por un mercado incipiente, desconocido para la gran mayoría y extraño para los burócratas. La necesidad les hizo ver que se gastaba mucho en una administración pública cargada de burocracia. Por lo que decidieron apostar por el Internet y la tecnología, poniendo el servicio ciudadano en el centro de sus acciones.

Trámites digitalizados

Según reportaje publicado en el Diario El País en abril de 2018, el 99 por ciento de los trámites oficiales ya se habían digitalizado. Un total de 1789 trámites pueden realizarse en línea; están disponibles al público las 24 horas del día, los siete días de la semana. En Estonia, prácticamente solo los matrimonios, divorcios y compras de inmuebles requieren presencia física.

A través de la plataforma llamada e-Estonia se puede:

  • Votar
  • Renovar licencia de conducir
  • Declarar de impuestos
  • Realizar trámites bancarios
  • Obtener recetas e historial médico
  • Hacer impugnaciones
  • Incorporar empresas y hasta
  • Revisar las calificaciones escolares de los hijos .

A estos y otros trámites tienen acceso los ciudadanos de Estonia. El único requisito que se les pide es su cédula de identidad; ya que el documento cuenta con un chip que les permite acceder a todos los servicios del portal digital.

Y ante la preocupación por la seguridad de los datos ante un eventual ciberataque, Estonia ya pasó por esa experiencia. En 2007 fue víctima de un ciberataque masivo por parte de hackers rusos, que prácticamente botaron su plataforma por unos días. Este trago amargo hizo que este pequeño país reforzara sus capacidades en ciberseguridad, al punto de convertirse en una referencia mundial.

Digitalización les permite ahorrar 2% del PIB

Es más, en 2017 inauguraron en Luxemburgo la primera “embajada de datos” en el exterior. Por lo que, de darse otro ataque masivo, cuentan con el debido respaldo para seguir operando. Haber apostado por usar tecnología distribuida y no centralizada; respaldada por el algoritmo Blockchain y la plataforma X-Road, les permitió no poner todos los huevos en la misma canasta.

Según reportes periodísticos, toda esta digitalización le supone a ese pequeño país, un ahorro del 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) anual.

Además, diversos informes entre ellos el: “Informe del Grupo Asesor de Expertos en anticorrupción, transparencia e integridad para América Latina y el Caribe” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han encontrado que la digitalización de los servicios públicos contribuye en la reducción de la corrupción.

Dicho informe expresa que: "la simplificación administrativa es necesaria para hacer factibles las soluciones tecnológicas y también para mejorar la eficiencia y reducir las oportunidades de corrupción. Esto es beneficioso para los gobiernos, ya que la gobernanza digital se ha asociado muy frecuentemente con la reducción de la corrupción".

Cambiar la mentalidad de la gente

Por tanto, existe suficiente evidencia para que una nueva y ─democrática─ administración pública en Nicaragua, deba acercarse a las autoridades y actores de Estonia. Primero, para afianzar lazos de cooperación e intercambio, en aras de aprender de su experiencia; para luego procurar trabajar de la mano en un proyecto tropicalizado al contexto nicaragüense.

En tal sentido, las nuevas autoridades del Ministerio de de Relaciones Exteriores y del de Hacienda y Crédito Público, y la creación de una Secretaría de Transformación Digital deberían liderar este ambicioso proyecto. Que debería contar con el respaldo de todos los actores políticos, junto al apoyo financiero de los organismos multilaterales.

Naturalmente para llevar adelante esta propuesta, antes se debe atender el déficit de acceso a los servicios de electricidad e internet; y resolver otros problemas como el analfabetismo digital del que padece un considerable porcentaje de la población.

Sin duda se trata de un duro camino a recorrer; siendo un proyecto a largo plazo, pero cuyos frutos nos beneficiaremos todos los y las nicaragüenses.

Para concluir, rescato la frase de un asesor digital del gobierno de Estonia, Marten Kaecats: “La digitalización no pasa solo por la tecnología, sino por cambiar la mentalidad de la gente”. Si queremos aspirar a una efectiva digitalización, debemos apostar también por la educación.

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