Monólogo

Ante un gobierno acéfalo, ¡Vamos a la cuarentena nacional voluntaria!»

Ante un gobierno acéfalo, ¡Vamos a la cuarentena nacional voluntaria!

Rosario Murillo y Daniel Ortega / Foto: Foto: Tomada de El 19 Digital

Ernesto Robleto Falla

@apantle

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En su irresponsabilidad este gobierno ha abandonado a su suerte a los ciudadanos que no solo han perdido sus empleos, sino que están perdiendo la vida

Nicaragua es un país sin gobernantes. El país está acéfalo, como barco a la deriva. Los que usurpan el puente de mando, encerrados, observando con placer cómo el barco se hunde mientras sus tripulantes mueren, y el casco hace agua mientras aseguran, junto a su círculo de hierro, sus botes de salvamento y víveres para cuando tengan que abandonar el barco.

Daniel Ortega ha incumplido el mandato de Presidente. Juró respetar la Constitución cuando se hizo de nuevo con la Presidencia en 2006. Y desde entonces ha escalado una constante violación no sólo a la Constitución, sino a las instituciones, convirtiéndolas en meros personajes de su pantomima macabra.

Hemos sido testigos con horror, cómo han ignorado la amenaza de la pandemia del Covid-19, mandando a la población a contagiarse en vez de asumir con responsabilidad las recomendaciones de la OMS y OPS para tratar de frenarla.

Mientras ellos se acuartelan en su bunker de El Carmen, ignoran las más básicas medidas de protección para el personal médico y sanitario de los hospitales, esconden las pruebas, mienten sobre el número de contagiados y fallecidos, prohíben reportar en las actas de defunción las verdaderas causas de muerte, y obligan al personal de los hospitales y funerarias a realizar los entierros exprés en el mayor secretismo.

El autor también escribió: Los consejos no escuchados de Jean Baptiste Zune a la UNO»

Sin embargo, están cayendo las máscaras de la mentira.  La ciudadanía ve cómo caen, como piezas de dominó, grandes figuras del gobierno y del partido FSLN por muertes repentinas; ahora promueven el uso de las mascarillas y practican a medias el distanciamiento social, pero siguen invitando a eventos masivos que cada vez más se van quedando vacíos.

No había tal “magia” en la estrategia del régimen #OrMu, sino, al contrario, ahora sus partidarios están pagando con su propia vida la ceguera e insensatez del contagio masivo. La Asamblea Nacional es la más golpeada con la caída de figuras preponderantes, otrora voceros que despreciaban la letalidad de la pandemia.

La farsa de El Libro Blanco sobre el Covid-19

El Libro Blanco de la Estrategia “singular” del Gobierno sobre el Covid-19, se estrelló contra una pared de dura realidad: nada tiene de singular tratar así una crisis sanitaria. Es irresponsable. Ahora deben agregar un último capítulo a su libro: el libro de condolencias en memoria de sus fieles seguidores que cayeron cegados por los singulares cantos de sirena.

La población debe entrar en auto-cuarentena

El mundo observa con estupor el Covid-19 en Nicaragua. Las proyecciones de fuentes confiables en contagios y muertes, no son nada halagadoras. El único camino que nos queda es la auto cuarentena, adoptando medidas de prevención y mitigación si brota el contagio en nuestros hogares.

Sabemos que ya los hospitales han rebasado la disponibilidad de camas y cupos en las unidades de cuidados intensivos, equipos de oxígeno y los famosos respiradores mecánicos, que ayudan a mantener con vida a los pacientes que presentan los casos más críticos.

Otro escrito de este autor: ¿De verdad no triunfó la Rebelión de Abril?»

La acefalía de este gobierno ha llegado a la irresponsabilidad. Han abandonado a su suerte a los ciudadanos que han perdido sus empleos, han visto drásticamente reducidos sus ingresos y remesas que sus familiares les enviaban regularmente, como consecuencia de la escalada mundial de la pandemia.

La ciudadanía se encuentra ante la cruda realidad que no tiene cómo enfrentar sus necesidades de alimentación y el pago de los servicios básicos, ya no digamos el pago de préstamos y otras obligaciones.

Si el régimen ha sido irresponsable en no ofrecer políticas de alivio financiero como han hecho otros países, está cometiendo a la vista de todos nuevos crímenes de lesa humanidad al no actuar como corresponde para mitigar los daños de la pandemia, desoyendo las voces de la OMS, OPS, Naciones Unidas, Unión Europea, OEA, gobiernos de países vecinos y a lo interno las asociaciones de médicos, las organizaciones de la empresa privada, y los organismos defensores de los derechos humanos.

El régimen Ortega Murillo es peor que los reyezuelos y tiranos medievales. Al menos aquellos cumplían con protección y defensa de la vida de sus súbditos de la amenaza de los bárbaros invasores que los querían someter, a cambio de trabajar la tierra y servir a un amo en condición de esclavitud. Estos señores incumplen el sagrado mandato de defender la vida, a pesar de estar usurpando los más altos cargos, disponiendo de los bienes del Estado en una corruptela sin precedentes, sin rendir cuentas, decidiendo dictatorialmente la suerte de seis millones de nicaragüenses.

Ernesto Robleto Falla también escribió: Estadísticas, pandemia y la responsabilidad del Minsa»

Afortunadamente hay una luz de esperanza en todo este tétrico escenario. Los médicos de todo el país se han unido representando a 35 organizaciones para hacer un llamado a la cordura y la sensatez, ante la inexplicable e irresponsable actitud ciega, sorda y muda del régimen.

“Con la autoridad moral, académica y laboral que como médicos nos confiere el hecho de estar en la primera línea de atención en esta dramática crisis…” reza el llamado que hacen los galenos, a adoptar con urgencia una cuarentena nacional, como medida extrema de contener la pandemia o al menos mitigar sus terribles consecuencias.

Profesionales de la salud mueren tratando de salvar vidas

Todos tenemos en la familia un médico, o enfermera o conocemos al menos un(a) profesional de la medicina, y sabemos lo que cuesta terminar esa carrera, y luego de muchas noches de desvelo sacan su residencia, y luego sus prácticas, y ya no digamos el enorme sacrificio económico y mental de sacar una especialidad.

Cada vez que fallece un médico se va con él un cúmulo de conocimientos y experiencia invaluable para la sociedad. Por eso debemos cuidarlos y protegerlos porque ellos están efectivamente en la primera línea de esta terrible batalla.

Es admirable el respeto que han ganado con la valentía y liderazgo que han demostrado al organizarse y ponerse al frente conociendo los riesgos de despido, represalias y hasta su integridad física al plantarle cara al monstruo de El Carmen.

Ya que los gobernantes ausentes no hacen, que por lo menos dejen hacer. Estoy seguro que el llamado será atendido con mucho respeto con la urgencia que estos profesionales nos lo están demandando. ¡Vamos a la cuarentena nacional voluntaria!

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