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La depresión económica es solo cuestión de tiempo»

La depresión  económica es solo cuestión de tiempo

Lucydalia Baca Castellón

@bacalucydalia

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Con las nuevas reformas fiscales que pocos creen serán positivas, el país llegará pronto a 24 meses de contracción y caída acumulada del 10 por ciento del PIB

Ante el anuncio oficial de que este año se aprobará una nueva reforma tributaria, especialistas advierten que no es el momento. Ante la falta de solución a la crisis sociopolítica, la economía estaría entrando a una fase de depresión económica, en la que será más difícil sobrevivir.

En tanto, el sector empresarial pide que la reforma anunciada sea para revisar las medidas implementadas el año pasado. Y revertir las que contribuyeron a la “abrupta contracción económica” registrada en 2019. Con ello aseguran, se frenará el avance de la pobreza.

Sin embargo, todo indica que hacia donde apunta el régimen es a más políticas fiscales recesivas, como las tomadas en la reforma fiscal del año pasado.

“La política del gobierno no parece que cambiará en 2020. Esto provocará que la población en general consiga sobrevivir dentro de un 'cerco financiero' cada vez más estrecho, producto (además) de las sanciones provenientes de Estados Unidos y la Unión Europea”, dice el economista Alejandro Aráuz.

La materialización de más sanciones, según Arauz afectaría el comercio internacional --por la paralización de los tratados comerciales con Estados Unidos y la Unión Europea--, el financiamiento y las inversiones. Esto, “ahogaría la economía, a la sociedad en general y en consecuencia la gravedad financiera del país sería más profunda que la experimentada en 2019”.

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Reforma llevarían al país de lleno a una depresión

Si a esto se suman los efectos de una nueva reforma fiscal, provocaría en 2020 según Arauz “una potencial caída del Producto Interno Bruto (PIB) cercana al -8.6 por ciento aproximadamente”. El país quedaría en una difícil posición para recomponer el tejido microeconómico, inversionista y externo, que de por sí ya están bastante dañados.

Aunque no hay una definición clara sobre cuándo una recesión pasa a ser depresión, los especialistas coinciden en que los parámetros que se pueden usar son la profundidad y la duración. El concepto más aceptado es, más de dos años de contracción y un acumulado del 10 por ciento.

“Teniendo en cuenta que Nicaragua entró a su tercer año de contracción económica (lleva 20 meses de contracción) y que la suma de la caída de 2018 (3.8 por ciento) con la proyectada por Funides para 2019 (5.4 por ciento) y 2020 (1.1 por ciento) superan el 10 por ciento, podemos hablar de depresión", dice un análisis de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides).

La proyección de Arauz (caída de -8.6 por ciento) difiere mucho de los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Funides. Para 2020 proyectan una caída del -1.2 y -1.1 por ciento, respectivamente. Arauz considera que dichas estimaciones solo serían posibles en un escenario político proactivo.

Salida política reduciría caída

“Estaría en función de las circunstancias de un arribo a una posible conciliación política en el país, que sea capaz de restaurar la confianza y los flujos de financiamiento externo para evitar una mayor contracción del crédito y el empleo”, dice Arauz.

Además, la proyección de Arauz contempla los posibles efectos de una nueva reforma a la Ley de Concertación Tributaria y otras medidas recaudatorias que le permitan al régimen Ortega-Murillo compensar la falta de financiamiento para el Presupuesto General de la República.

También la posibilidad de despidos en el Estado, aunque de acuerdo a la agenda de trabajo del Poder Legislativo, se tratará de favorecer a un sector político adepto al régimen que son los trabajadores.

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El peor momento

En tanto, Funides prefiere esperar la propuesta oficial, para determinar si el régimen mantiene la política contractiva que impulso con la reforma tributaria aprobada en 2019. O si retrocede, con respecto a las medidas implementadas con esa reforma y que contribuyeron a la contracción económica.

El presidente de la Asamblea Nacional Gustavo Porras, anunció que la reforma revisará las exoneraciones y exenciones que recibe el sector privado; y recordó que esta ha sido una exigencia del FMI. Funides admite que hay decisiones que se deben tomar. Pero advierte que, para hacerlo, se debe elegir el momento indicado.

Según el centro de pensamiento, “hay cosas que se debieron hacer antes del estallido de la crisis sociopolítica, pero no se hicieron y ahora no es el mejor momento para hacerlo”.

¿Podrían revertir medidas?

 Arauz coincide con Fundies en que debido al efecto que provocaron, la reforma fiscal de este año puede revisar y revertir algunas medidas impulsadas el año pasado.

“La posible reforma podría tener dos objetivos claros: una redistribución de la carga tributaria hacia sectores donde ellos consideran que pueden sacar recursos; y lo más probable es que sea el sector agropecuario. Lo otro sería bajar el peso a un segmento de la población en el que puedan tener incidencia política, para ganar adeptos. Al final esto lo que logrará es profundizar más la caída de la economía".

Economista Alejandro Arauz.

Cosep propone que la nueva reforma:

Ante la inminente reforma fiscal, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) demandó que las decisiones, del Poder Ejecutivo y del Legislativo, “eviten una mayor contracción del crédito y el empleo, el freno a la inversión y el consumo, y permitan promover la recuperación económica y contrarrestar el incremento de la pobreza”.

Esta es la propuesta de la cúpula empresarial:

  • Reduzca las alícuotas del Pago Mínimo Definitivo. Para atenua atenuaría los efectos socioeconómicos descapitalizadores y confiscatorios.
  • Revise la reducción y eliminación de exenciones y exoneraciones. Para incentivar inversiones productivas, recuperar la productividad, evitar más fuga de capitales y atraer más inversiones.
  • Restituya las exenciones que afectan los bienes de la canasta básica. Esto mejoraría la capacidad de compra de las personas de bajos ingresos.
  • Ajuste el monto mínimo exento del Impuesto sobre la Renta (IR) de rentas del trabajo al costo actual de la canasta básica. Para proteger el salario de los trabajadores y estimularía el consumo.
  • Revise las altas alícuotas de retenciones, que afectan los pagos de bienes y servicios provenientes del extranjero. Para no afectar la rentabilidad, continuidad operativa y competitividad de las empresas.
  • Rectifique la base imponible en aduanas de los bienes importados y gravados con el Impuesto Selectivo de Consumo (ISC) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
  • Restituya los plazos que fueron reducidos para las declaraciones de impuestos. Esto mejoraría la deteriorada liquidez de los contribuyentes.

También pide que genere confianza

El Cosep considera indispensable que el Gobierno contribuya a generar la confianza entre los agentes económicos. Para hacerlo piden que:

  • Cese el acoso y la represión fiscal realizado por medio de auditorías de campo y el cierre arbitrario de la Ventanilla Electrónica Tributaria (VET).
  • Se garantice el respeto a las resoluciones de las autoridades judiciales e instancias administrativas superiores.
  • Se respeten los derechos de todos los contribuyentes en materia de devoluciones y compensaciones.

Además, reiteró que las medidas económicas deben ir acompañadas, de un acuerdo político que resuelva las demandas ciudadanas de justicia, libertad y democracia.

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